jueves, 14 de enero de 2016

La energía eléctrica y los sinverguenzas

Se encontraban junto al puente de hierro sobre el rio que separaba la ciudad en dos. Miraban lo bonitas que eran las vigas de hierro y los remaches que las penetraban.

Una pareja de jóvenes se engarzaban con brazos y manos demostrándose su cariño. Él veía la parte del rio alejarse hacia otro puente sujeto de cables de acero a modo de arpa. Los patos nadaban a contracorriente buscando un hueco para esconderse. Ella veía acercarse un pequeño barco a favor de la corriente, donde también retozaba una pareja cobijados debajo de la sombra de un gran paraguas. Árboles y arbustos les producían una sensación de paz que se confundían con las miradas que se cruzaban. No se llegaron a besar nunca. No era necesario. Juan y Ana llevaban casados más de siete años y tenían una pareja de niños que se incorporarían a la sociedad que habían construido sus padres, sus abuelos, los padres de sus abuelos y …. Que felicidad! A la vuelta de casa les esperaba la abundancia, seguridad y paz.


El despertar del sueño fue dramático; el más pequeño venía a llorar a la parte de la cama donde estaba dormida Ana. Juan se levantó para comprobar la hora porque tenía un trabajo precario que empezaba a las 6 de la mañana.

Era primero de mes y no sabía si tendrían para pagar todas las facturas. Recordaba cuando se casó, que no le preocupaba nada. Tenía un buen puesto de trabajo que perdió por mor de la crisis. La luz, el agua y teléfono no eran sus preocupaciones más importantes. Si lo era su recién estrenado matrimonio con Ana.

Abrió un sobre de la compañía de la luz que había llegado el día anterior.  Se asustó. Cada vez gastan menos luz y sin embargo la factura era mucho mayor.

Eran las 4 de la mañana y el niño se había quedado acurrucado junto a su madre. Tenía tiempo aun antes de ir al trabajo y se había desvelado. Juan era muy minucioso y guardaba todas las facturas desde que se había casado. Busco la del primer mes y vio que habían pasado siete años y medio; la comparó y se llevó un disgusto fenomenal. Como ingeniero que era, calculó la factura a igualdad de energía consumida, comprobando que se había incrementado un noventa por ciento. ¡Qué barbaridad! a un 9 por ciento anual de incremento. Y ¿porqué? se preguntó Juan. Por las veleidades de Zapatero al apostar por unas energías renovables que no podíamos pagar. Por la cantidad de compromisos políticos que conlleva que el precio este prácticamente en régimen de monopolio. Por la política de huida hacia delante de las cúpulas de las organizaciones empresariales con sueldos de escándalo y malas inversiones. ¿Por qué? ¿O es que mis amigos González, Aznar, Zapatero, ministros y directores generales esperan alguna compensación?

Juan se fue deprimido a dar un paseo antes de ir a trabajar. La noche siguiente soñó con el yate, el Continental GT, el piso de 300 metros en la castellana y la casa de verano en Cantabria que posiblemente tenía el presidente de la compañía de electricidad que le suministraba los kilovatios imprescindibles para su vida. Siguió durmiendo hasta que le volvió a despertar su hijo mayor con dolor de barriga y otra vez le dejó junto a su mujer.

Otra vez desvelado y preocupado. Pero esta vez no cogió la factura del agua, sino que se puso la última de James Bond.

España y yo somos así.

PD: Esto lo cuento porque me lo mencionó personalmente Juan. Antes de escribir esto me propuse hacer los mismos cálculos que hizo esa mañana de verano y los datos los muestro en esta tabla (me dijo que tenía una potencia de 4,4 Kw y que consumió 210 Kwh).

Concepto
Fecha del matrimonio
7,5 años despues
Incremento
Potencia contratada Kw
4,4
4,4
0%
Precio Kw/mes
1,6957
3,8533
127%
Total potencia contratada
7,46
16,95
127%
Energía Consumida Kwh
210
210
0%
Precio Kwh
0,1125
0,16
42%
Total energía consumida
23,63
33,60
42%
Impuesto energía
5,13
5,13
0%
Total impuesto de energía
1,59
2,59
63%
Alquiler aparatos
0,589
1,2984
120%
Impuesto valor Añadido %
16
21
31%
Total IVA
5,32
10,89
105%
Total factura
38,59
65,34
69%


Si me permitís otro poco de vuestro tiempo fijaos en que el incremento de la energía es de un 45%. Que el incremento del término de potencia (es un valor que consumas o no lo tienes que pagar) es de un 127%. El incremento del IVA es un 31%. Para confirmar la poca vergüenza de los responsables de los precios el alquiler de los aparatos es de un 120%. Hoy día en donde los equipos electrónicos valen infinitamente menos que lo mecánico, como se justifica eso.

jueves, 7 de enero de 2016

Agradecimientos y mi nueva casa


Vuelvo a una de mis grandes aficiones. Desde este verano, concretamente desde el 19 de junio, no escribía nada. Releyendo aquello, se ve que estaba cabreado con elmundo. Supongo que sería por la presión que estaba recibiendo por la construcción de mi casa.
Ya vivo en ella y a pesar de varios problemas típicos de una vivienda nueva, me he instalado con satisfacción. Además de la casa, tengo una “parcelilla” donde he preparado hueco para césped, arboles, huerto, e incluso un pequeño tee para particar golf.

Ya tengo hijos, he plantado varios árboles (últimamente dos magnolios preciosos) y solo me queda escribir algún libro. No es fácil y no puedo recurrir a un negro para ello. La cuestión es admitir que si lo hago sea para uso propio. Escribo una novela de ficción o algo parecido a alguna etapa de mi vida. No tengo imaginación para lo primero y tampoco mi vida ha tenido una significación especial. Además no soy ni Paul Auster, ni Richard Ford, ni Donna Tartt y menos Richard Russo.

Así que me doy unos días para pensármelo. Tiempo e interés tengo, pero no sé porque, a veces no me sobra, más bien me falta.

Al comienzo de este año 2016, solo espero poder disfrutar de lo que siempre he deseado y no he tenido previamente: mi finca -que barbaridad dicen José Luis y mi señora, esto es una casita en una parcelilla- que me permitirá disfrutar de mis deportes favoritos, encuentro con el campo, con grandes espacios interiores, confort etc.

Espero también del buen juicio del ayuntamiento de Villamuriel, en donde está ubicada mi casa, para que sanee un poco el entorno, donde no solo vivo yo sino una gran comunidad de gente amable y trabajadora. Que actúe sobre uno de los edificios más singulares de Palencia (antigua fábrica de azúcar) y que presione a Telefónica para que actualice las redes de internet que son de la época de las “matildes”. Pero eso sí, el señor Alierta –a la sazón presidente de dicha empresa- bien se preocupa de su salario. Sabéis lo que gana el ínclito amigo de Aznar (será por eso por lo que campan con total impunidad), pues la friolera de 43.300.000 de €, es decir 7.200 millones de las antiguas pesetas. ¿No creéis que es una ignominia y que nos merecemos los clientes y colaboradores de dicha empresa un trato mejor?

Me prometí no hablar de política en este primer contacto con mi blog. Así que paso a lo que me parece muy importante en estos momentos. Muchas personas me han ayudado a acabar con éxito este proyecto personal. Otros han puesto espinas en el camino. Me he olvidado de estos –la vida les demostrará su mezquindad- y me voy a referir a los primeros. Los consejos importantes y necesarios de mis amigos Jose Luis Blanco y Eduardo Moreno. El buen trabajo de los dos “Raules”, José Luis Barón, Jorge Herrero, Javier Requena, Andrés –que buen constructor es- Felix, Imanol y Esteban y alguien de quien me haya olvidado que me perdone. Todos en su medida han hecho que esta casa sea como es, así como Ana y Juan Carlos por su control y consejos.
También tengo un especial cariño a mi hermano Migue. En la parte más difícil de la casa me está apoyando lo indecible y también Eugenio y Teo. Gracias a todos.

Pero a la que tengo que agradecer que esta casa sea lo más parecido –por no decir idéntico- a lo queríamos Sisi y yo es a María Inés. Dentro de su cabezonería tengo que decir que sus planteamientos –de arquitecto, dicho con desprecio por muchos constructores- eran, y el tiempo lo ha demostrado, los acertados. Alguna excepción -que cumple la regla- confirma esto.
Pobre Sisi y Paula –lo de María Inés está en el sueldo- lo que me han aguantado. 


¡Y yo con estos pelos!

PD: Ángel, no te olvides de la noventañera que sino se enfada.