Estoy un poco perezoso. Debe ser que el
invierno me ralentiza las neuronas. O eso creo. He hecho tremendos esfuerzos
para no hablar –o hablar poco- de política, porque con la que está cayendo no
pasa un minuto que no tengamos noticias de los innumerables personajes -y
personajas- que campan por los derroteros de este país.
Es difícil olvidar una entrevista que el diario “El Mundo” ha pasado estos días aprovechando
el tirón del Rey y del único yerno que le
queda. La entrevista es a su alteza serenísima
la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein (Sic), a la sazón compañera de
caza del rey –algún perverso dice que compañera de más cosas, supongo que se
referirá a comer o jugar al padel.
Lo de serenísima no lo he puesto yo, es el
tratamiento que tiene, aunque después de leer y ver las fotos de la entrevista
no solamente aparenta serena sino una modelo que podría competir sin lugar a
dudas con Elle McPerson (mas guapa esta). Ambas de la misma edad -que coincidencia- aunque
supongo que con distinto patrimonio.
Pero volvamos a las entrevistas, que como
es de imaginar, versan sobre los asuntos de la realeza española y sus daños
colaterales. Dice, “si alguien quiere utilizarme contra la familia Real que no
cuente conmigo”. Continua, “no pienso volver a España mientras mi presencia
allí cause controversia”. “El Rey me pidió que ayudara a Iñaki a encontrar
empleo apropiado” resume. Y cuál es el empleo apropiado. Lo aclara
posteriormente. “El mensaje que le transmitían desde la Casa Real es que no se
preocupara, que ya le conseguirían consejos de administración, y que por lo
tanto, la parte económica la tenía resuelta” -continua la serenísima. El ex del
Barcelona “NO quería ser un florero” y rechazó la oferta de la princesa.
Supuestamente –esa es mi opinión- rechazó
la oferta porque no se conformaba con los 1.5 millones de euros que podía ganar
como su concuñado Marichalar y quería hacer negocios a mucho más alto nivel.
Yo creo que se equivocó. Porque con esa
cantidad de dinero, bien se puede comprar una casa, o dos, un coche, o dos, un
viaje, o dos y alguna que otra cena en los prestigiosos restaurantes que
frecuentan esta casta. Y a vivir que son dos días.
Y si no que se lo pregunten a Don Jaime. Los periodistas que le siguen viven sorprendidos del extenso periodo de ocio del que disfruta, dedicado en su totalidad a las comidas, actos sociales y a las compras. Teclea Marichalar y salen 729.000 resultados. Ufff.
Porque vamos a ver, no es verdad que hay
cientos de miles de jóvenes mucho mejor preparados que estos señoritos de
pacotilla que lo único que se dedican es a darse un homenaje sin pegar palo al
agua. Ahora sí, tenemos palacios en Barcelona y dúplex en la milla de oro de
Madrid. Para que tener dos.
Maria Ines. Acaba el casoplón.